Preguntas frecuentes

  • En algún momento de la vida, todos atravesamos situaciones que nos superan. Esto puede generar emociones difíciles de gestionar o patrones de conducta que afectan a nuestro bienestar.
     La terapia psicológica es un espacio seguro para explorar estos desafíos con el acompañamiento de un profesional que te ayudará a comprender lo que estás viviendo y a encontrar herramientas eficaces para sentirte mejor.

    Hacer terapia no significa estar “mal” o “no poder con todo”, sino todo lo contrario: es un acto de autocuidado, valentía y compromiso contigo mism@.

  • No existe un momento específico o “correcto” para acudir a terapia. A veces cuando nos sentimos mal anímicamente y nos planteamos acudir a terapia, creemos que exageramos y que, con el tiempo, podremos superar el bache que estamos atravesando por nuestra cuenta. Puede ser así, pero si presentas alguna de estas señales es recomendable buscar ayuda:

    • Cambios muy intensos o persistentes en el tiempo del estado de ánimo (tristeza, ansiedad, irritabilidad).

    • Dificultades en tus relaciones personales o laborales.

    • Problemas para dormir, comer o realizar tus actividades diarias con normalidad.

    • Sensación de vacío, desmotivación o falta de sentido.

    • Situaciones estresantes que no sabes cómo afrontar.

    Aunque también debes saber que es válido acudir a terapia si simplemente quieres conocerte mejor o trabajar en tu desarrollo personal, cosas que se demandan cada vez con más frecuencia.

    Si estás dando este paso…

    Te felicito. Reconocer que necesitas apoyo y buscarlo es un signo de fortaleza. Mi compromiso es acompañarte con profesionalidad, respeto y cercanía en tu camino hacia el bienestar.

  • 1. Primera toma de contacto a través de la llamada o mensaje

    En la llamada inicial (o por mensaje) podrás contar brevemente qué te lleva a terapia y resolver tus dudas. Esto me ayudará a preparar la entrevista inicial de la primera sesión.

    2. Valoración 

    En la primera cita, a través de una entrevista, profundizamos en tu situación actual, antecedentes e historia personal, y definimos tus objetivos terapéuticos.

    Evaluación con pruebas psicométricas

    En las siguientes citas, si es necesario,  realizarás test o cuestionarios para evaluar aspectos emocionales, conductuales, cognitivos y/o intelectuales que haya que explorar en profundidad para determinar con exactitud los aspectos a trabajar durante la terapia.


     La etapa de valoración no tiene un número fijo de sesiones, si no que depende de la complejidad de cada caso. Esta es la fase más importante de todo el proceso, ya que una evaluación incompleta o incorrecta da lugar a interpretaciones erróneas de los problemas y necesidades, lo que afecta a la eficacia del tratamiento.

    3. Devolución de la información

    Te presento de forma clara los resultados de la evaluación: hallazgos, fortalezas, aspectos a mejorar y el plan de intervención propuesto. Este plan siempre se explica y consensúa contigo.

    4. Intervención terapéutica

    Trabajamos de forma activa y colaborativa en sesiones regulares de terapia. En ellas aprenderás herramientas para gestionar emociones, modificar patrones de pensamiento y mejorar tu bienestar en distintas áreas de tu vida.

    5. Seguimiento y alta terapéutica

    Revisamos avances y consecución de objetivos terapéuticos, y realizamos ajustes del tratamiento si es necesario. Una vez alcanzados los objetivos, cerramos el proceso dejando siempre la puerta abierta para futuros acompañamientos.

  • Trabajo desde la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), una de las corrientes con mayor respaldo científico. Este enfoque parte de la relación entre pensamientos, emociones y conductas, y se centra en modificar patrones poco funcionales de pensamiento para generar cambios duraderos que mejoren el bienestar psicológico.
     La TCC es práctica, estructurada y orientada a objetivos, lo que permite ver avances claros y medibles, y está recomendada por organismos internacionales para tratar los diferentes problemas emocionales.

  • Debes considerar varios aspectos:

    • No hay una duración fija. Cada persona y cada situación son únicas. Algunas intervenciones pueden resolverse en pocas sesiones, mientras que otras requieren de un proceso más prolongado en el tiempo.

    • El tiempo no siempre refleja la cantidad. En la mayoría de los casos, las sesiones comienzan a espaciarse (cada dos o tres semanas) después de la fase de evaluación, lo que puede dar la sensación de que la terapia se extiende, aunque la realidad es que se han llevado a cabo pocas sesiones de intervención.

    • Las primeras sesiones son de evaluación. Aunque estas sesiones ya forman parte del proceso terapéutico, no son intervenciones directas enfocadas en la mejora activa de la salud emocional, sino pasos necesarios para comprender en profundidad tu situación y diseñar un plan de intervención eficaz. 

    • Confía en tu ritmo. El cambio es posible, aunque no siempre inmediato. Cada paso que das (aunque parezca pequeño o difícil) cuenta. Lo importante es avanzar a tu propio ritmo, con el acompañamiento profesional que te brinde seguridad y claridad.

  • Sí. Conozco la importancia de mantener la constancia en terapia para garantizar el avance terapéutico, por eso tengo bonos de sesiones que facilitan tu compromiso con el proceso, y lo hacen más accesible. Si quieres conocer más, házmelo saber por algunas de las vías indicadas en la sección de “Contacto” y te lo explicaré encantada.